lunes, 26 de septiembre de 2016

LA PRINCESA DE LLAMAS

En la tierra gobiernan las rocas.
Mueren en el aire clamores y ruegos.
Se desangra el agua por ideas locas.
Y entonces nace la mujer del fuego.

El fuego trae destrucción, evolución.
Mata lo antiguo, lo hace cenizas.
El caos más sublime en una canción.
Que mata el dolor y devuelve sonrisas.

GLORIA eterna a la irreverencia.
Una voz hace florecer a la primavera.
Tose enferma la anciana indecencia.
El populismo se convierte en calavera.

Brilla la flor libertaria en su cabello.
Cuando se agigantan sus ojos de tigre.
Brindan las estrellas sus destellos
Y el alma humana por fin vuela libre.

Cantan las llamas en silbidos.
Lloran las rocas calladas.
Se escucha lo que fue prohibido.
Mueren mentiras entre rosas y espadas.

Ella hace temblar al honesto y al malvado.
Al segundo porque se acaba su camino.
Al primero porque queda enamorado.
Su palabra es un castigo divino.

Su silueta desploma los muros.
Sus manos construyen puentes.
Duelo entre la luz y lo oscuro.
Duelo entre la avaricia y lo inteligente.

¡Que mueran los espectros políticos!
Los que predican inhumanos humanismos.
¡Que mueran los Zeus y los Odínes míticos!
Revolución es pensar por sí mismos.

GLORIA eterna en la verdad.
Tuberculosas piedras en camas.
No hay jaula para la libertad.
Ni para esta princesa de llamas. 






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