Me
escape del diablo.
Subí y
me encontré contigo.
Sufre mi
verbo entre vocablos.
Y mi
piel se quiere hacer abrigo.
Quiero
hacerme de tu voluntad.
Se
retuerce mi alma entre tus rezos.
Acéptame
a mí y a la maldad.
Estoy
hambriento de tus besos.
No hay
cielo que queme como tus ojos.
Ni
cadenas que aten como tus caderas.
Estoy
sufriendo de mí mismo un despojo.
Y no
sé si eres invierno o primavera.
Te abrazo
entre pacíficos exorcismos.
Muere mi
eternidad en lo fugaz de tu aroma.
Me di
cuenta que el cielo es un abismo.
Con ventanas
donde las flores se asoman.
Odio la
ternura con la que te amo.
Más
bello es el horizonte si está lejos.
En tus
labios mi espíritu y con él te lamo.
Te
amaré con mi odio entre amaneceres viejos.
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