miércoles, 17 de agosto de 2016

POLVOS DE ESTRELLAS

Siempre he pensado que al final de cuentas todos los seres humanos estamos conectados, todos nosotros estamos hechos de lo mismo, del caos de unas estrellas chocando contra otras, de astros universales besándose por la eternidad. Bueno, por algo así, se creó nuestro planeta, ¿no? Incluso sé que algo de luna hay en nosotros. Pero hay una persona en la cual pienso que el universo se dedicó a crearla con los polvos cósmicos más exquisitos. Por supuesto que se trata de una mujer, no hay nada más perfecto que una. Su nombre es Fabiana. Y es que su sonrisa pareciera hecha con polvos de supernova, mi mundo parpadea entre luz y oscuridad entre sonrisa y sonrisa. No hay luz si ella no sonríe. Sus cabellos parecen constelaciones, inmensamente grandes, inmensamente pequeñas, inmensamente inalcanzables para mí. Y sus ojos… sus ojos son dos agujeros negros que se roban todos los latidos de mi alma, que se lleva todos los cantos de mi existencia. Cuando respiro la siento, cuando duermo aparece y cuando estoy frente a ella, el tiempo se congela y dejan de existir miles de millones de universos.


A veces me pregunto si ella de verdad existe. ¿Los sueños caminan? Nunca supe de uno que caminará, que fuese tan vivo, tan tangible, tan real, tan lejano… ¿Cómo ha de estar el sol sabiendo que hay algo que me quema más que él? Y eso es lo que ella hace, hace que se me quemen todas las venas, que corra fuego dentro de mi piel, que me muerda los labios y empiecen a sangrar. Me frustra y me calma al mismo tiempo. Besar su boca sería tener en mis labios el código genético del universo, sería impactar contra un meteorito y salir vivo, jamás libre, pero vivo. Quizá para algunos ella sea alguien normal, pero no es así, ella es diferente, no todas las estrellas son iguales, no todas las lunas son las mismas, ¿entonces por qué ella debería ser igual al resto? No, no lo es. Y mientras se gastan todas las vidas de mis ojos quiero seguirla viendo por siempre, un segundo más, solo una eternidad por ahora, que sea el eclipse de todos mis pálpitos, y que mi corazón resucite cuando ella vuelva a sonreír, dejando polvos de estrellas que yo pueda respirar… 

                                                                                                   




viernes, 5 de agosto de 2016

NO TE HE ENCONTRADO

Desde niño siempre he soñado contigo, una y otra vez pensé que algunos ojos eran los tuyos ¿sabes? Ni siquiera sé si existes pero quisiera vivir la mentira de que sí. Ha pasado tanto tiempo y me he equivocado tantas veces que no sé con qué moral podré mirarte cuando aparezcas por haberte confundido tanto. Me pregunto si tú también pensarás en mí aunque no me conozcas. A veces me mata no poder abrazarte y apretar tu pecho contra mi alma, llorar sobre tus ojos… ¿sabes? No sé quién eres. A veces he creído que llevas el pelo negro, otras veces el cabello rubio con ojos azules, a veces he creído que tu cabello es castaño, otras rojo y cada vez que pienso que eres tú, termino dándome cuenta que entregué mi corazón a alguien más.

Y te juro que en cada oportunidad pienso que eres tú, luego todas mis lágrimas mueren gritando “¿Dónde estás?” Me suicido cada vez que pienso en ti. ¿Y si no naciste en mi época? ¿Y si no eres real? ¿Si no existes? ¿Qué tengo que hacer para encontrarte y decirte que te amo? ¿Y si recorro el mundo? ¿Y si recorro cada país buscándote? ¿Y si voy a Inglaterra, nos pasamos por un lado y no nos miramos, nos volveríamos a ver en el futuro entre tantas millones de personas? ¿Y si ya nos topamos y no supimos que éramos nosotros? Tengo tanto miedo de morir y no encontrarte…

De cierto modo me alegra que mientras tanto puedo escribir mil poemas sobre ti. Quizá me equivoque otras tantas veces y termine escribiendo un par de cartas más pidiéndote perdón. Y si no existes dejaré mis lágrimas y mi alma entre cada papel arrugado en el que escribo que te amo. Me duele no encontrarte y tener niños que se parezcan más a ti que a mí. A veces pienso que me miras y no quieres aparecer. Me estas condenando a tu silencio eterno…