De
un ángel hay mucho que decir.
Muchos
no son sobrenaturales.
Con
una sonrisa pueden bendecir.
Dan
sabor: con azúcar y sales.
El
más hermoso, es el que camina.
Con
carne que siente dolor.
Con
dulzura que crece y germina.
Que
se convierte en gestos de amor.
Sublime
el ángel que puede morir.
Hace
lo extraordinario en cada detalle.
Con
su voz, su mano puedes sentir.
Para
que tu alma no se canse y desmaye.
Más
bellos son cuando su piel se arruga.
Cuando
su cabello se vuelve plateado.
Cuando
se hace inmortal la oruga.
Cuando
la caridad los hace alados.
Un
ángel será madre, padre y amigo.
Será
todo lo que a ti te quiera.
Llevará
abrazos guardados consigo.
Para
cuando un demonio te hiera.
Benditos
los ángeles humanos.
Los que
tienen ojos de laguna.
Te
levantan con sus manos.
Te
arropan con sus lunas.
Ellos
vuelan con pétalos de flores.
Te
hablan con voz de olas.
Te aguardan
aunque demores.
Y nunca
dejan a tu alma vibrar sola.