martes, 26 de abril de 2016

CORAZÓN SUICIDA

Alguno, alguna vez ha sentido que el corazón se quiere salir del pecho, y que de alguna extraña manera te tienes que morder los labios para apaciguar ese ardor por dentro, ¿no? Bueno quizá sea el único al que le pasen estas cosas, quizá sea el único que llore por las noches por miedo al rechazo, ¿saben? A través del tiempo me he dado cuenta de una cosa… el amor sin el dolor no es amor. Tú sabes que amas algo cuando eres capaz de regalarle al suelo cada diamante que sale de tus ojos por un profundo dolor, si algo duele es porque te importa. Que contradictorio, ¿no? Tenemos que sufrir para amar y tenemos que amar para sufrir.

Pero volviendo a lo del corazón y salirse del pecho… ¿en serio soy el único que lo ha sentido? A veces comienzo a creer que tengo un corazón suicida que le encanta lastimarse, que le encanta lanzarse al vacío sin saber que vendrá luego ¿y saben qué es lo peor? Que me gusta. Me gusta enamorarme, me gusta vivir enamorado, de una idea, de un proyecto, de un sueño, de ti. Pero cuando me enamoro de ti y no sé quién seas, entrego mi espíritu, mis sonrisas, cada uno de mis pensamientos, mis lágrimas y unas llaves que me encontré el otro día en una habitación de mi alma llamada “esperanza”. No sé qué es la esperanza hasta que encuentro las llaves de nuevo y te las entrego.

Pero… ¿cuántas veces te las he entregado ya? ¿Por cuántas formas, por cuántas manos, por cuantas sonrisas te las he pasado? Para ti seguramente ha sido una vez, para mí, mil veces. Sí, tengo un corazón suicida, lo curioso es que nunca muere, siempre está allí, se ha arrojado de mil puentes, se ha ahogado de mil maneras y todavía sigue vivo… Es el suicida con mayor éxito por las veces que ha muerto, y el suicida con el mayor fracaso porque no termina de morir.

Has venido con tantos ojos diferentes a mi vida, a veces azules, a veces negros, a veces tus ojos solo son un a veces, pero… ¿de qué color son los a veces? Ya lo recordé, son del color “te veo poco” y se escribe con una lágrima en la mano. A VECES DOS.

Me he puesto a pensar y eres más protagonista de mi vida que yo mismo. Yo más bien soy como el personaje secundario de mi novela cuando tú estás. Entonces, todo depende de ti seas quien seas. Estoy seguro que la tú de hace un año y la de tu de dos años en el futuro serán muy diferentes, y que habrán varios suicidios entre tú y tú, entre un beso y otro. Al final de este texto no sé si estoy escribiendo esto para ti o para mí… ¿De qué hablaba? Ah sí, de un corazón y de salirse del pecho…

                                                                                      Por: @TheRed_Shadow