Pequeña narración que le dedico a mi amigo y hermano Jhosman Paredes @JhosmanParedes quién justamente hoy 18 de septiembre de 2015, está cumpliendo un año de injusta prisión.
Ya ha pasado un año en los que
toco todos los días los mismos barrotes de siempre, hay días en los que están
más fríos que otros, y también hay días en los que mis manos están más frías
que los barrotes, en ocasiones no sé, si ellos son un iceberg o, el iceberg soy yo. A veces pienso que los que me tienen prisionero han
contratado a vientos y aires muy malignos, porque siento que todas las noches
el aire me asfixia y me levanto sudoroso en busca de una salida. En otras
tantas ocasiones me pregunto que fue aquello tan malo que hice para estar aquí,
quizá si prendí una molotov o dos, pero… era peor sentir que no hacía nada por
cambiar las cosas, cada vez que salía a las calles veía incluso a ancianos
sangrando miserias en cualquier acera, veía a niños dedicándose a la
delincuencia, sueldos miserables, educación retrograda, poca cultura y un
gobierno que consentía todo aquello.
Amo demasiado a mi país como
para perderlo, sin embargo, aquí estoy y después que me sacrifiqué por todos,
pocos se acuerdan de mi… el olvido es quién más me visita durante la oscuridad más espesa.
A veces quiero ver el cielo de
noche, quiero ver como las estrellas revolotean libres como si fueran pajaritos
en el cosmos, pero en cambio solo tengo un techo blanco, un poco manchado, donde
me toca imaginar que ahí hay estrellas. Extraño también la comida de mi mamá,
nunca será lo mismo comer cualquier cosa por mejor que parezca que, comerse con
muchas ganas algo que tiene como ingrediente especial el cariño y el amor, y
hoy día cuando mi madre me visita, siento ese mismo sabor pero hay algo que me
hace llorar, porque también siento que cayeron lágrimas sobre el resto de los
ingredientes.
Solo tengo 22 años y quisiera
estar de nuevo en clases, con mi libreta medio doblada, medio rayada y con un lápiz
que se extravía como un soldado cobarde a cada instante. Quiero hablar con mis
panas en las plazas riéndonos de cualquier cosa. Quiero decirle a mi mama: “TE
AMO” cada vez que salga de casa y tener la seguridad de poder volver a verla en la noche. Quisiera que Venezuela se pintará de tres
colores, no solo de uno o de dos, al fin y al cabo, nuestra bandera tiene tres
colores y algunas cuantas luces en un mar estrellado. Quisiera que todos nos sentaramos a jugar dominó y no pelearamos por pensamientos políticos, quisiera que todo fuera diferente a como es. Lo más frustrante de todo
es que solo tengo deseos, ya no tengo sueños, porque cuando sueño, sueño que
estoy durmiendo aún… triste y solo en mi celda.
Por: @TheRed_Shadow
QUE INJUSTICIA...
ResponderEliminarDIOS ABRE LA CELDA DE TODOS LOS CORAZONES QUE COMETEN INJUSTICIAS PARA QUE SANEN SUS HERIDAS Y SEAN JUSTOS COMO TU MI AMADO JESUS..
Q rabia e impotencia da conocer las distintas historias de nuestros presos políticos.
ResponderEliminarPero mas q todo me da dolor q hayamos llegado hasta este extremo, y lo peor, q haya una gran mayoría q no hace nada para arreglar este desastre
Q rabia e impotencia da conocer las distintas historias de nuestros presos políticos.
ResponderEliminarPero mas q todo me da dolor q hayamos llegado hasta este extremo, y lo peor, q haya una gran mayoría q no hace nada para arreglar este desastre