sábado, 14 de mayo de 2016

DIOS TIENE LOS OÍDOS ROTOS.

El aire lleva, trae suplicas.
En el cielo todas se reciben.
Se leen como denuncias públicas.
Que mueren y reviven.

En el trono hay un agobiado.
¿Soñará el que no puede dormir?
Siguen llegando gestos malcriados.
Y quejidos que no paran de insistir.

Si da libertad, es castigador.
El hombre mata a más hombres.
Si da látigo, es un dictador.
O peor, le quitan el nombre.

Creen en los dioses políticos
En los rojos, amarillos o azules.
Entonces queda el espíritu paralítico.
Y los milagros encerrados en baúles.

Por el color se engaña a la vista.
Los enviados no tienen sonrisas bellas.
Pongan atención a lo que conquistan.
Ellos no buscan colores, buscan estrellas.

Entonces el cobarde se cree inocente.
Mueren entre suplicas y oraciones.
Porque Dios envía a sus valientes.
Y cobardes devoran cual tiburones.

Hipócrita el que reza y no hace.
Es el peor de los demonios.
Predica verdades que nunca nacen.
Son demonios que sufren de insomnio.

No escucha suplica el oído vagabundo.
Pero el hombre hace de sí un “Dios”.
Miente y lo aplaude todo el mundo.
Viene el llanto y muchos decires “Adiós”.









1 comentario:

  1. muchas veces es tanto lo q pedimos a Dios q creo se agota d tanta suplica... mi pensar es este: xq pedirle tanto si la mejor forma de lograr las cosas es luchando x lo q queremos, a Dios solo le podemos pedir bendicionesy q nos guie para salir bien, para llegar a buen termino lo emprendido... como seres humanos debemos comprender q Dios habita en el alma y corazon de c/uno de nosotros y q d nosotros depende lograr las metas, con solo cerrar los ojos y ver el amor infinito q nos invade xq dios enta en ti, en mi, en todos... gracias x dar mensajes q conllevan a reflexionar

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