sábado, 23 de enero de 2016

MIAU MIAU, LA GATA VAMPIRA

Eran las 3:00 de la madrugada y Miau Miau seguía follando con descontrol, cabalgando el pene de un pobre afortunado, se veía muy sexy con su piel blanca y su rostro un tanto felino meneándose para los lados para que ambos sintieran el máximo placer, ella gemía con desenfreno y su hombre moreno le frotaba los pezones mientras se enterraba en ella una y otra vez. A punto de dejar su semen regado en todo su interior, la vagina de Miau Miau se contrae, se contrae demasiado, al extremo de ni siquiera dejar mover su pene a aquel hombre moreno, esto les excita a ambos por un segundo, sobre todo a Miau Miau, quien parece que se lo saborea tanto con su vagina como con su boca.

Cuando aquel hombre moreno empieza a disparar su semen, se enciende la metamorfosis, el rostro de Miau Miau, se convierte en el rostro de un felino con colmillos muy grandes y voltea a ver su hombre, a su víctima, y éste que aún sigue disparando esperma, comienza a ponerse pálido del miedo, más aún cuando ve que el cuerpo de su recién cogida chica, se transforma en el cuerpo de un gato negro gigante con ojos muy rojos. Aún con esto, aquel hombre moreno no puede sacar su pene ni dejar de disparar semen dentro de ella, se está secando, ella lo está secando, a la vez que se lame una de sus patas, ronroneando un “miau, miau”.

La piel de aquel hombre le está llegando hasta los huesos, cada vez se ve más delgado pero sigue desbordando semen, grita de dolor y la vagina de Miau Miau, se contrae con más fuerza, pasado 5 segundos, se le voltean los parpados al hombre moreno y muere. Miau Miau muy sexy se levanta, esta chorreando un poco del semen de su víctima, así que mete sus dedos, lo recoge y se lo chupa. Toma su abrigo colgado en la puerta, se pone sus tacones negros y se va.

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– ¿Cuánto semen has recolectado esta semana? – Pregunta la chica ojos azules, cabello negro y orejas de gato – debemos de obtener lo suficiente para esta semana, esta semana es muy importante.

–Tengo almacenado en mi vientre más de 20 litros – contestó la rubia, ojos amarillos y lengua felina – Miau Miau nos va a premiar cuando vayamos al santuario a derramar toda esa vida allí, el Dios/Demonio gato va a despertar muy pronto.

Se abre la puerta del salón y viene Miau Miau con un rostro muy pícaro, con un abrigo largo, su cabello rojo color demonio, con pantimedias negras largas y sus tacones negros también, sus piernas lucían fabulosas y se hacía notar con su taconeo cada vez que daba un paso.

– ¿Chicas están preparadas para el día de mañana? – preguntó ella mientras se frotaba sus labios con la uña roja de uno de sus dedos – mañana nos va a coger el Dios Gato y nuestras vaginas tienen que estar muy húmedas para él.

–Sí mi señora – contestaron ambas al unísono – estamos listas.

Miau Miau, sabía que tenía poco tiempo para la resurrección del Dios Gato, aquel hombre siniestro, felino y de ojos brillantes y morbosos que le otorgó la eternidad hace miles de años. Ella fue la primera de su especie, fue la sirvienta de aquel Dios/Demonio durante 500 años hasta que el primer licántropo lo mató, ahora necesita la vida de cientos de miles de criaturas mediante su semen, para resucitar a aquel Señor de señores demonios. Está preocupada, la noche de la resurrección se acercaba, y solo podría resucitar esa noche, pues la alineación perfecta de los planetas abriría muchísimos portales sobrenaturales a través del cosmos.

La primera gata vampira chasqueó los dedos, llegó rápido su esposo a decirle que el santuario estaba listo para más deposito de esperma, ella abrió una puerta que estaba dentro de aquel salón y enseguida toda la estructura cambió, parecía una cueva con unas escaleras que daban a una plataforma que tenía un círculo gigante, ella se quitó el abrigo, tomó el pene de su marido, lo chupó mientras se frotaba el clítoris y el esperma desde su vientre empezaba a chorrear en todo el medio de aquel círculo, a la vez que caía, el esperma desaparecía, su marido casi acababa pero ella ya había terminado de depositar el esperma, así que se levantó y dejo a su marido sin eyacular.

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Esa noche Miau Miau fue a un departamento donde había 3 hombres muy atractivos, lucía su mejor cabello rojo y esbelto, sus mayas más provocativas, tacones que hacen subir el libido a cualquiera, una piel blanca como la nieve y una mirada de que quería mucha acción.

Tomó a uno de los hombres y sin mediar palabras, lo lanzó a la cama, le quitó el pantalón y empezó a chupar su pene, otro de los hombres, uno rubio con ojos azules y abdomen muy definido, empezó a darle nalgadas, el se quitó su pantalón, quitó la poca ropa que ella tenía y escupió su vagina para luego lamerla una y otra vez, pasados 20 segundos se levantó y a la vez que Miau Miau chupaba el pene de aquel hombre alto, cabello negro y ojos café, este hombre rubio comenzó a penetrarla con muchísima fuerza, Miau Miau se estaba ahogando entre sus propios gritos de placer.

El hombre restante, que medía aproximadamente un metro setenta, ojos café y cabello castaño, se aproximó a donde estaba ella, se quitó toda la ropa, dejó mostrar su gran pene y empezó a desviar la cabeza de ella sobre él también. Y mientras se chupaba dos penes y era penetrada en posición de perrito, iba sintiendo más y más orgasmos, tres hombres atractivos cogiéndola, eso no pasaba todos los días. Ella se levantó y se arrodilló en el suelo, quería chuparse los tres penes al mismo tiempo y así lo hizo. Después se puso en posición de perrito sobre la cama para que los tres hombres se turnaran y la penetraran, Miau Miau estaba gimiendo de un placer como pocas veces había sentido. Pidió al rubio que se acostará, ella empezó a cabalgar su pene y, los otros dos restantes le penetraron uno por su boca y el otro por su ano.

Sus gritos se escuchaban cada vez más excitantes y aquellos hombres la cogían muy duro y más cuando sentían que, su vagina se contraía más y más, pasados unos 15 minutos, aquellos hombres querían acabar, ella contrajo su vagina lo más que pudo, contrajo el hueco de su ano de la misma manera y cerró su boca mientras seguía jugando con su lengua. Ellos empezaron a derramar su semen dentro de ella, y ésta empezó a convertirse en aquel gato endemoniado que no los soltaba y no los dejaría ir por nada del mundo, ellos seguían disparando su esperma y Miau Miau seguía succionándoles la vida. Pasados 10 segundos, ella secó a esos tres hombres, los arrojó sin vida al suelo y saco algo de “leche” de su ano y de su vagina para llevar un poco a su boca y saborearlo.

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Su esposo ya estaba preparando todo el altar, había alrededor de 35 gatas vampiras alrededor del círculo, todas habían depositado muchas vidas a través de semen en él, solo faltaba Miau Miau que venía entrando.

– ¿Me estaban esperando? – Preguntó mientras se iba quitando la ropa – Ya llegué, nada puede salir mal esta noche.

Su marido le hizo un gesto de aprobación. Ella se fue al círculo, se arrodilló, tomó el pene de su marido y empezó a chuparlo mientras con una de sus manos estimulaba su clítoris. La vida a través de esperma chorreaba sobre ella, estuvo chorreando por varios minutos, ya casi estaba acabando y su marido también lo hacía, al depositar la última gota de semen en el círculo, su marido acabó sobre su boca, y ésta frotó la “leche” de su esposo por toda su cara y luego se lo tragó. 

Se apartó del altar, todos se apartaron un poco y el círculo empezó a brillar en amarillo. La tierra misma empezó a temblar, todas las gatitas estaban húmedas y gimiendo, sus vaginas sabían que su señor estaba por llegar, el círculo se transformó en un portal transdimensional y, el Dios/Demonio Gato, surgió de él, muy grande, muy violento, con ojos amarillos muy profundos, un hombre muy peludo, un hombre demoníaco. Tomó a Miau Miau, la arrastró al piso con violencia y se la empezó a follar sobre el portal. Miau Miau, gritaba de dolor y de placer, el Dios gato empezó a lamer toda su espalda, y en un momento dado alzó a Miau Miau, su pene le creció el doble, se la metió con toda su fuerza, acabó dentro de ella, y los ojos de aquella gata se pusieron en blanco, su vagina empezó a desangrarse y cayó al suelo… Quizá muerta…
                                                                                           Por: @TheRed_Shadow
                                                                                             

                                                                                           


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