Lagañas
del infinito fastidian mis ojos.
Despiertan
mis cristales y mi sol se ha ido.
¡El
diablo me ha hecho un despojo!
¿Dónde
está mi septentrión bendecido?
Miro
hacia el balcón y allí estas…
Mis
pálpitos morían angustiados.
Avisa
a mi alma a donde te vas.
Ya
nacían los cielos quebrados.
La laguna de tus ojos voy a beber.
Te
regalaré mis sentires en un ramo.
¡¿Qué
haces fuera de la cama mujer?!
Vestiré
tu cuerpo desnudo con mis te amos.
Ven,
necesito tu calor en mi frío.
No
despiertes buscando al otro sol.
Yo soy
tu noche, yo soy tu río.
Tú la
luz, yo oscuridad, es el rol.
Te
besaré con cada verso en mis labios.
Acaríciame
en el cosmos de tu perfume.
Morderé
la espada de los sabios.
Mientras
mi vida pasada se consume.
Arderé
en infiernos azules.
Seré el
profeta de tus senos.
Y
entre paisajes y abedules
Me tomaré
por siempre tu veneno.
Suelta
tu café, ven a mis brazos.
Que
nuestras sabanas sean eternas.
Latidos
dibujados en trazos.
Ellos,
nuestra piel, nuestra caverna.
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